domingo, 6 de marzo de 2011

La balada de Cable Hoge




En La balada de Cable Hoge (1970), Peckinpah muestra a un hombre ya talludo, perdido en el desierto y sin ningún amigo (Taggart y Bowen: lo han traicionado) al que aferrarse: literalmente no tiene nada. En los momentos más desesperados y en soledad no deja de creer en sí mismo y acabará encontrando agua en el desierto. Vivirá según sus propias normas que van acompañadas de un cierto sentido de la justicia. Hoge estará acompañado de vez en cuando de algunos personajes que viven tan perdidos como él, en un mundo que se acaba y en el que el progreso, representado por el automóvil, acabará matándolo. Por el camino conoce a Hildy, una prostituta con la que establece una historia de amor. Es probable que la historia de amor hubiese funcionado en los tiempos remotos del viejo Oeste, pero en el presente Hildy tiene que emigrar, ir a la gran ciudad y escapar del polvoriento sitio en el que conoce a Hoge.
Sin salir del desierto en toda la narración, el filme comienza con una visión fragmentada en los títulos de crédito que nos habla de lo fragmentado que está el propio personaje protagonista.[1]


[1] Ver: http://www.blogdecine.com/cine-clasico/sam-peckinpah-la-balada-de-cable-hogue.

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