En el Renacimiento se desarrolla un pensamiento literario alentado por la invención y desarrollo de la imprenta, usando los tipos móviles y abaratando los costes de producción de los libros mediante la letra impresa, imprenta, que precipitaría la invención de la perspectiva cónica que es la única que en geometría descriptiva incluye el punto de vista del espectador en la representación.
El pensamiento literario que arrancaba del Renacimiento, fue puesto en tela de juicio cuando se consolidaron los modernos medios de masas. Esta idea que fue apuntada en su momento por el profesor McLuhan y que ha sido recogida desde entonces por muchos autores, nos sirve de punto de partida en el siguiente texto. En el siglo VI, se pensaba en la pintura como la literatura de los ignorantes[1], enfrentándose de ésta forma un pensamiento visual frente a otro literario amparado por los monjes cultos, que eran los garantes de la cultura defendiendo la antigua tecnología oral. En el siglo XV, con el nacimiento de la imprenta se establece la supremacía del pensamiento literario, que perdurará hasta que hagan irrupción en escena los modernos medios de masas:
"El periódico fue simplemente el primero de una veloz sucesión de nuevos canales de información que desafiaron el equilibrio cultural."[2]
La litografía supuso el abaratamiento de los costes en la producción de carteles que de esta forma pasaban a inundar las calles de París, por ejemplo con Toulouse Lautrec, formando parte de la vida cotidiana de aquellos que los disfrutaban. Por su parte, la fotografía, es considerada por muchos (en especial la corriente positivista[3]) en sus comienzos, como la culminación del ideal de representación Renacentista, es decir, la culminación científica de la representación del punto de vista único de la perspectiva. Gracias a las nuevas técnicas de impresión que permiten la reproducción de las fotografías en los periódicos, la fotografía se va afianzando en los mismos. Al principio, desligada de su propia naturaleza, los fotógrafos tratan de copiar las formas de representación pictóricas: más difuminado, más nítido, recargadas composiciones o fotomontajes, etc. La fotografía al copiar y reproducir los lienzos, y de esta forma poder distribuir esa imagen por los lugares más lejanos será la que quitará a la pintura su "aura", como en su momento dijo Benjamin. La fotografía , en resumen es tenida en el momento de su invención por la burguesía dominante, como la copia más fiable y objetiva de la realidad:
"Del Diorama de Daguerre al proyecto de kinetofotografía de Edison, cada una de las tecnologías que la historiografía positivista verá como otros tantos pasos convergentes hacia el cine, fue querida por sus artesanos y concebida por sus publicistas como un nuevo paso hacia la Re-creación de la Realidad, hacia la realización de una ilusión perfecta del mundo perceptual."[4]
Antes de que se diese el paso de imprimir las fotografías en los periódicos, en ellos se publicaban dibujos que hacían una correspondencia a modo de significante, con aquello que representaban, si querías visualizar algo, debía ser mediante el dibujo que te ofrecía el periódico. Sin embargo, hecha la foto y reproducida en los periódicos, el dibujo de prensa deja de tener la misma reputación. La fotografía se instaura en los periódicos y relata los acontecimientos que son tenidos por más auténticos que el dibujo. Desplaza en este sentido al dibujo de prensa:
"(...) por su capacidad de fijar el movimiento, y de ahí cuestionar el tema anecdótico, la fotografía proponía nuevas direcciones de investigación, aboliendo el relato en favor del deslumbramiento del instante. Las experiencias de Muybridge, al tiempo que anunciaban el cine, arte del relato por excelencia, reconducía la imagen a la fulguración. La instantánea sucedía a la anécdota, lo que aceleró, tan sólo veinte años más tarde la aparición del cómic que desarrolla el relato sobre varias imágenes (...)."[5]
La alternativa del dibujo de prensa es, ya no como anteriormente era, la representación de los hechos acaecidos con ánimo de suplantar las referencias a lo real que éstos anteriormente llevaban consigo, sino la estilización de aquello que representaban, recalcando de así su propia naturaleza gráfica. De esta forma, se irá consolidando una nueva forma de representación, que con el tiempo conoceremos con el nombre de historieta.
Comienza siendo un chiste gráfico para posteriormente, pasar a desarrollar toda una serie de mecanismos narrativos que la constituyen de una forma similar a como la conocemos en la actualidad. Eran las prostrimerías del siglo pasado y varios periódicos norteamericanos publican suplementos dominicales con personajes humorísticos, destinados al divertimento de los lectores. Entre éstos innumerables personajes, se desarrollará The Yellow Kid,personaje orejudo vestido con un camisón amarillo y obra del norteamericano Outcault, que es reconocido como precursor en los usos de determinadas características invariables del medio. Más concretamente, nos estamos refiriendo a características narrativas del medio. Ciertos "tics" que se repetían en éstos precursores, serán incluidos dentro del muestrario de soluciones ofrecidas en la representación del medio en sus orígenes. Aunque debemos decir que una parte de los historiadores de cómic, creen que se debe hacer menos caso a la industria y más a que en los periódicos ingleses hacía casi un siglo que se publicaban secuencias humorísticas, algunas de las cuales ya llevaban bocadillos y repetían personajes.
En los inicios de la historieta, el espacio de la representación era colmado por el dibujo representado, desarrollándose muchas secuencias de acción dentro de un mismo marco de representación, dentro de los límites del papel (lo que nos recuerda entre otros muchos al “Tributo de la moneda” de Masaccio y en general a la pintura antes del desarrollo de la perspectiva cónica). En este espacio representacional del cómic más primitivo, se desarrollaban distintos momentos de acciones independientes entre sí. Posteriormente se va seccionando el espacio, se ordenan las acciones en el tiempo. Aparece en suma el orden y la medida en la representación. A la par, se desarrollan los bocadillos, los elementos que hacen posible reproducir en color, y otros elementos del discurso. La historieta va desarrollándose como un medio narrativo íntegramente.
Las técnicas de impresión tuvieron directa e indirectamente, una repercusión en el desarrollo de la historieta que se reflejó en nuevos métodos que son reflejo en su naturaleza narrativa. Es pues, la técnica en este sentido, creadora de faltas que el ingenio de aquellos que fueron aportando soluciones a problemas que se planteaban en su devenir, consolidaron bajo el nombre común de historieta.
Hay también, otros puntos de vista desde los cuales considerar el tema de los precursores de la historieta. Desde un plano sociológico, se puede hablar del público norteamericano de la época, los cuales eran esencialmente colonos emigrantes que no entendían bien el idioma. Así, el carácter visual era más importante que el de la inclusión de texto escrito. También sucedía ésto en el teatro en el que la primacía de lo visual relegaba a lo hablado a un segundo plano, siendo la gesticulación de los actores crucial para la comprensión del relato.[6] Así mismo, bástenos recordar para ilustrar el hecho de la importancia de lo visual sobre lo hablado, que en los comienzos del cine, éste carecía de palabra hablada.
Desde el punto de vista económico, se puede considerar a la historieta como anclada en una sociedad de la que debe recibir los medios materiales para su subsistencia, tanto técnicos como lucrativos.
[1] Citado en: Tomás Ferré, Facundo. Las imágenes en la sociedad contemporánea. Lección inaugural curso 1988-89. U.Politécnica-F.BB.AA. Valencia. 1989. El desarrollo que presentamos hasta el nacimiento de los modernos medios de masas, es muy similar al expuesto en la publicación citada. Además, con la aparición de la imprenta, cuyo precursor más cercano es el grabado, se editan numerosos panfletos que se dedicaban a denunciar los excesos del papado en Roma. Su relación con los periódicos modernos es bastante directa, para más datos ver: Chastel, André. El sacco de Roma, 1527. Espasa-Arte, nº2, Espasa Calpe, Madrid. 1986.
[6] Citado en: Company, Juan Miguel. El trazo de la letra en la imagen. Ed. Cátedra. Signo e Imagen, nº7. Madrid. 1988. Ver p. 21. En otro sitio, J.A.C. Browm, desde posiciones enraizadas en las teorías comunicacionales, la de la escuela de Frankfurt y la Tª funcionalista, hace una revisión (mediatizada por éstas teorías), en la que sostiene que las primeras historietas iban dirigidas a un público no muy dado a la lectura (colonos): "En América las primeras publicaciones de éste género iban dirigidas, por un lado, a las colonias de extranjeros residentes en el país y, por otro, a los individuos de habla inglesa cuya capacidad de lectura era inferior a lo normal. En ambos casos los dibujos estaban destinados a suplir el deficiente conocimiento del idioma." Browm, J.A.C. Técnicas de persuasión. El libro de bolsillo. Alianza Editorial. Nº628. 3ªreimp. Madrid. 1978. (1ªed.orig.1963).Cit.p.164.
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