lunes, 2 de abril de 2012

Gauguin.



Gauguin (1848-1903) es un artista típicamente clasificable dentro de una actitud independiente, porque no representa ninguna pauta establecida dentro de las convenciones sociales de su momento histórico.
Gauguin tiene una tendencia por el simbolismo, pero ni comienza ni termina sus creaciones ahí.
Creó su propia leyenda. Se evade de su propia cultura para encontrar las condiciones casi mitológicas en las que aún pude florecer la poesía. De las dos posiciones ante la burguesía, la del Dandy y la de la evasión, huída, (http://infiernoseguro.blogspot.com.es/2012/02/post-impresionismo.html) él elige las dos: ambas opciones estarán presentes en él.
Detesta a la burguesía, el positivismo, el pragmatismo a los que califica de falsos. Su alternativa es la búsqueda de la autenticidad y la ingenuidad primitivas. Buscar una sociedad en la que sea posible una relación directa con la realidad. Para conseguir esos propósitos, buscará en el momento en el que vive, aquéllos sitios en los que los ecos de la sociedad aún no han llegado.
Primeramente hace un viaje a La Martinica que es una colonia francesa. En 1881 hace su primer viaje a Taití y permanece allí entre 1895 a 1901. Luego se traslada a la Bretaña francesa, en donde según él, se vive como se ha vivido siempre de forma que no se ha adulterado por el progreso.
La actitud de Gauguin no es la de salir del tedio saliendo de la sociedad, sino que con esta actitud quiere encontrarse a sí mismo. Gauguin quiere llevar la sensación visual al plano de la imaginación. Para él, lo mental va a ser tan real como lo visual, por eso el Simbolismo llama su atención sobre los sueños y delirios.
Para Gauguin las imágenes que la mente forma en presencia de las cosas no es distinta de las que surgen de las profundidades de las cosas, ni estas son menos objetivas que las otras. Hay que pintar de memoria.

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