sábado, 21 de junio de 2014

El tiempo en el relato y en el objeto artístico.

            En todo relato, debe existir el tiempo. Aunque no existan decorados en una obra de teatro o falten algunos elementos que se consideren habituales e incluso imprescindibles dentro de la lógica de la narración, el tiempo es el aliado del relato, es el que hace posible que se entable una relación entre el espectador/lector y la obra misma, ya que toda obra figurativa lleva implícito el tiempo, aunque sólo sea el de su propia muerte, destrucción.
No sólo se representa en una obra el tiempo del propio objeto o de aquello a lo que hace referencia, también el objeto hace referencia al tiempo del propio espectador. El lector/espectador del texto artístico es en definitiva una de las referencias que se incluyen en el objeto.
Umberto Eco[1] distingue dentro de una obra de arte, diversos modos de referirse al tiempo, es decir, diversos modos en los que la tradición artística pictórica, ha venido representando el tiempo en sus "enunciados" (llamémoslos así). Resumiendo su propuesta, podemos decir que dentro de una obra de arte figurativa coexisten:

1
TEMPORABILIDAD DEL OBJETO ARTISTICO

Tiempo que necesita el espectador para apreciarlo

Tiempo de recomposición
2
TIEMPO DE LA REPRESENTACION (ENUNCIAR)

Tiempo de la lectura: interpretación
3
TIEMPO REPRESENTADO

Para Eco, el tiempo representado es:
             "Por el tiempo representado entiendo el flujo cronológico, la sucesión de acontecimientos, que constituyen el objeto de una representación cualquiera, ya sea una novela, un poema, un cuadro figurativo."[2]
             Entendemos entonces según Eco por tiempo representado, aquello que muestra a través de los mecanismos narrativos, propios del medio que se trate, una serie de acontecimientos o lugares que en su propia "existencia", necesitan el tiempo para ser y representarse. Su existencia no es aislada del resto de la obra; sea en el caso de una novela o sea en el caso de un cuadro figurativo los elementos unidos por el flujo cronológico, se deben unos a otros, ya que aquello que los une es la totalidad de la obra y por consecuencia la concatenación de los instantes.
             En el mismo libro, Omar Calabrese, nos ofrece un ensayo sobre el tiempo en la pintura, en donde separa dos grupos de tiempo, que sustancialmente vienen a coincidir con los nombrados por Eco. Calabrese ofrece un cuadro que reproducimos a continuación.[3]

TIEMPO REPRESENTADO
TIPO DE IMPLICACION
El tiempo de la historia
Sucesión de acontecimientos
El tiempo de la acción
Sucesión de movimientos
El tiempo de la escena
Marco de acontecimientos
La escena temporal
Estilo y emoción
El tiempo del pintor
Acto de pintar
El tiempo del observador
Diálogo con el cuadro

Como vemos en todas estas clasificaciones que hacen Eco y Calabrese, en ningún caso se tiene en cuenta el tiempo social que representan o, lo que para nosotros es lo mismo, la forma cómo se entendía el tiempo en cada una de las épocas en que la obra fue creada. La obra se ve como viviendo en la inmanencia, en el acto de pintar y en su propia representación.


[1]Eco, Umberto. "Tiempo, identidad y representación" pp. 7-17, en Calabrese, Omar. Eco, Umberto. El tiempo en la pintura. ED. Mondadori. Madrid 1987.
[2]Op.cit.p.7.
[3]Calabrese, Omar. Eco, Umberto. El tiempo en la pintura. Op.cit.