El Simbolismo
en arte parte de la conciencia de que la observación de la naturaleza solo
puede llegar a un cientifismo puro como el de Seurat (Neoimpresionismo).
Para los
simbolistas el único camino posible que debe seguir la creación artística ha de
ser la introversión, es decir, ir desde la realidad a la idea. No les interesa
la realidad objetiva, ni la observación. Se desarrolla paralelamente al
Impresionismo aunque hay implícita una introversión en contra de él al que se
pasa a considerar como algo materialista y superficial.
Los
simbolistas tan sólo van a dejar el mundo exterior como pretexto, como un punto
de partida leve, y es desde donde se da ese camino de espiritualización.
La obra de
arte adquiere un papel de pantalla, donde se realiza una misteriosa ósmosis. La
continuidad de la realidad objetiva hacia el espiritualismo.
Para los
simbolistas, el mundo interior se va a entender tan real como el exterior. El
principal problema va a residir en cómo expresar es mundo del subconsciente cuando
aún no ha sido teorizado por Freud, y en ese camino no caer en el academicismo.
Para ello el punto de referencia importante va a ser Goya y sus pinturas negras
que temáticamente estarían ligadas al Simbolismo. Goya presta la posibilidad de
una forma de representar sin para ello caer en la trampa del academicismo.
El simbolismo
era también un movimiento literario que llegó a sacar un manifiesto publicado
por Jean Moréas en el que criticaba la educación académica en general:
"Ainsi,
dans cet art, les tableaux de la nature, les actions des humains, tous les
phénomènes concrets ne sauraient se manifester eux-mêmes ; ce sont là des
apparences sensibles destinées à représenter leurs affinités ésotériques avec
des Idées primordiales."
Dos figuras
precedentes del simbolismo en literatura fueron Verlaine y Rimbaud que,
herederos del Romanticismo, se enrolaron en una serie de excesos que les daban
una pésima fama en París.
A los 17
años escribía Rimbaud “El barco ebrio”:
“Comme je descendais des Fleuves impassibles,
Je ne me sentis plus guidé par les haleurs :
Les ayant cloués nus
aux poteaux de couleurs.”
También
Gauguin trabaja sobre ideas huyendo del academicismo representando diferentes
realidades sobre un mismo espacio de la representación.
El simbolismo acabará derivando
en el Art Nouveau que lo desligará de sus más hondas pretensiones y cogerá de
él la parte más superficial y decorativa.
Los
pintores más representativos del movimiento simbolista fueron: Gustav Moreau,
Odilon Redon, Puvis de Chavannes y Böcklin.
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