jueves, 10 de marzo de 2011

Duelo en la alta sierra (1962)




En Duelo en la alta sierra (1962) se debate como ocurrirá años después en Grupo Salvaje, la conveniencia de “dar la palabra” a alguien. Dar la palabra significa que lo que se ha dicho se tiene que cumplir, ya que cuando alguien da su palabra, uno se convierte en esclavo de lo dicho en un acto de suma responsabilidad, un acto de honor. A pesar de todos los inconvenientes del camino y de que probablemente cuando acabe la misión que debe realizar sea igual de pobre que cuando comenzó, Gil Westrum (Randolph Scott) debe llevar hasta el final su cometido aunque sea lo último que haga.
Seteve Judd (Joel McCrea) será el contrapunto, es el hombre que se ve ya fuera de esos caminos de lealtad hacia la palabra dada y que ve la vida desde un realismo trágico, en el que ya ha perdido y nada le queda que perder más. Ha perdido sobre todo la vida, ha envejecido y por el sendero se ha desengañado. A Westrum parece que aún le queda su palabra por perder y se afanará toda la película por no perderla ya que es lo único que le queda.
Mientras que en Grupo Salvaje los componentes del grupo se mueven por la palabra que mantienen entre ellos y a quienes se la dan, el grupo de cazarrecompensas del ferrocarril se mueve por unos números que simbolizan dinero tras un papel: la hoja que pone lo que valen los componentes del grupo. Es la contraposición de la palabra escrita y la oral, es otra vez el presente que nos recuerda que las cosas se hacen de otra forma a la del lejano oeste. Es el paso de una cultura oral a una escrita. Es en definitiva, el final de una era.
Volviendo a Duelo …, el predicador, padre de Mariett Hartley, es un individuo que vive en la tradición oral igual que lo son Gil Westrum y aunque se resista Steve Judd . Es la palabra la que le ha llevado a esa soledad extrema que practica y de la que su hija quiere huir. Las nuevas tecnologías han llegado y con ellas las nuevas formas de acercarse a la naturaleza.
Cuando llegan al campamento minero, es la cultura oral de Steve Judd la que escamotea el papel escrito del Juez para que nadie pueda probar que la boda ha sido legal: desde su punto de vista, si desaparece el papel escrito que acredita al Juez, desaparece su cargo y desaparece la boda.
Así comenzará la persecución que culminará en la granja del padre de Mariett, cuyos restos están sobre una valla, y siguiendo la tradición del western, habrá un tiroteo final.
Esta es la última película que hizo Randoph Scott y también una de las últimas que rodó Joel McCrea acentuando de esta forma el tono crepuscular del relato.

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