lunes, 7 de febrero de 2011

Los años 80.

              En los años 80 del siglo pasado en España, se da un auge en la producción historietística. En otras épocas también había sucedido esto e incluso más; la situación es nueva tan sólo en  el sentido que atendiendo a lo que está sucediendo en otros países, el tebeo pasa a preocupar también a los intelectuales, los cuales como sucedió en su momento con el cine ven en ésta forma narrativa una forma de relato singular y con sus propios códigos.
             La crítica que se llama a sí misma especializada y que publica sus opiniones en las revistas de cómics, podría decirse que está representada en las revistas por Toutain(1), y su principal vocero será Javier Coma, que a razón de un libro por año irá exponiendo una forma de ver la historieta que responde en cierta forma a necesidades editoriales. Ésta crítica, distingue entre un cómic adulto y otro que no lo es y que muy probablemente estuviese representado por los antiguos tebeos de la editorial bruguera. Introducen el anglicismo “cómic” para referirse a esas publicaciones que llaman adultas, desechando los términos en castellano historieta o tebeo, representantes según ellos de ese tebeo infantil que se publicaba antes de que ellos llegasen a la escena editorial. Se erigen a sí mismos como representantes del buen gusto y en los editoriales de sus publicaciones crean enemigos y rencillas ficticias en las que dirigen al lector hacia sus propios intereses.
             Dentro del ámbito de lo que se podría denominar la intelectualidad, surge una nueva forma de enfrentarse a la historieta. Se trata que desde la óptica del relato y los innumerables estudios sobre cine, sobre todo el estructuralismo y la semiología, se analiza el medio como un código lingüístico con sus propias características derivadas de la materialidad del soporte y su naturaleza narrativa.


(1)Ver: http://comicsenextincion.blogspot.com/2008/04/comix-internacional-de-toutain-editor.html

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