Esa deformación consciente
de la realidad para producir mayor expresión y así impactar al espectador lo continúa en “Habitación de Arlés” de
1988, en el que mediante tonos
equilibrados de color y pinceladas dirigidas creando una textura ordenada, va representando
un escenario amable y comedido donde la perspectiva juega un papel
preponderante en la composición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario